Métodos de conformado de polímeros.
El plástico se procesa de formas distintas, según sea termoplástico o termoestable. Los
termoplásticos, formados por polímeros lineales o ramificados, pueden fundirse. Se ablandan
cuando se calientan y se endurecen al enfriarse. Lo mismo ocurre con los plásticos termoestables
que están poco entrecruzados. No obstante, la mayoría de los termoestables ganan en dureza
cuando se calientan; el entrecruzado final que los vuelve rígidos se produce cuando se ha dado
forma al plástico.
Las técnicas empleadas para conseguir la forma final y el acabado de los plásticos dependen de
tres factores: tiempo, temperatura y deformación. La naturaleza de muchos de estos procesos es
cíclica, si bien algunos pueden clasificarse como continuos o semicontinuos.
Una de las operaciones más comunes es la extrusión. Una máquina de extrusión consiste en un
aparato que bombea el plástico a través de un molde con la forma deseada. Los productos
extrusionados, como por ejemplo los tubos, tienen una sección con forma regular. La máquina de
extrusión también realiza otras operaciones, como moldeo por soplado o moldeo por inyección.
Otros procesos utilizados son el moldeo por compresión, en el que la presión fuerza al plástico a
adoptar una forma concreta, y el moldeo por transferencia, en el que un pistón introduce el
plástico fundido a presión en un molde. El calandrado es otra técnica mediante la que se forman
láminas de plástico.
Algunos plásticos, y en particular los que tienen una elevada resistencia a la temperatura,
requieren procesos de fabricación especiales. Por ejemplo, el politetrafluoretileno tiene una
viscosidad de fundición tan alta que debe ser prensado para conseguir la forma deseada, y
sinterizado, es decir, expuesto a temperaturas extremadamente altas que convierten el plástico en
una masa cohesionada sin necesidad de fundirlo.
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